Electrophorus electricus
La anguila eléctrica parece un pez corriente, gris verdoso, larguirucho, chato, de boca ancha y habilidades notables para el baile. Sin embargo, esconde en su vientre una interesante sorpresa. Bueno, cuando está estreñido, dos.
Miles de células electrogénicas, conectadas en serie, enchufadas en serio, le permiten dar descargas de hasta 600 voltios, que puede repetir cada medio minuto durante una hora, de lunes a viernes.
Hasta aquí la teoría. En la práctica tenemos una de las armas más poderosas que surcan los riachuelos del mundo. Si un depredador la amenaza, calambrazo. Si le apetece cazar unas empanadillas de río: disimulo, acercamiento, calambrazo y a la freidora.
Son capaces también de dar descargas de bajo voltaje, que utilizan para comunicarse o para gastar bromas.
Su cuerpo fusiforme y resbaladizo le permite todo tipo de alardes figurativos. Representan con gracia letras y números, salvo cuando se lían y se hacen un nudo. En ese caso mueren irremisiblemente, porque nadie se atreve a desatarlas por un justificado temor eléctrico.
Le gusta:
- Las energías renovables
- Conducir
- Perder el tiempo en internet
No le gusta:
- Los conciertos unplugged
- La tos
- Que al final todo funcione por enchufe
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