Bradypus variegatus
El perezoso es un pedazo de mamífero que ha desarrollado un metabolismo extremadamente lento, los sensores de movimiento son incapaces de detectarlo, y sus registros atléticos en la maratón no se miden en horas sino en generaciones. De todos modos, en la selva se rumorea que antes de aprobar la oposición su metabolismo era completamente normal.
Una de las decisiones más importantes que ha de tomar un perezoso a lo largo de su vida es la de seleccionar su árbol, para tener que bajar lo menos posible al suelo. Allí se proveen de alimentos y agua, y entre sus ramas pasan la vida dormitando, en perfecta quietud.
Comen con desgana, masticando hojas y brotes despacio, para desesperación de sus madres que les repiten que traguen de una vez, que se les va a hacer bola.
El perezoso suele considerarse muy importante en el hábitat natural porque lo dijeron una vez en la radio. Lo que no sabe es que su importancia en la cadena trófica se debe a su condición de presa fácil para los depredadores.
Se aparean una vez al año y sin ímpetu. Luego no le apetece, está cansado, le duele la cabeza, compréndelo... es la primera vez que me pasa... no, mejor ven tú a mi árbol... estoy sin depilar... y todas esas excusas instintivas.
Le gusta:
- Irse por las ramas
- Desapuntarse del gimnasio
- El lavavajillas
No le gusta:
- La gente impaciente
- La deforestación
- Que las ofertas de telepizza sean sólo para recoger
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