Crotalus atrox
Para empezar, antes de nada, una precaución básica: olvidemos usar a este ofidio como sonajero. Su mordedura es mortal y, aunque se trate de un reptil pacífico, si le tocas mucho los cojones ataca, como cualquiera.
Se alimenta de pequeños mamíferos y puede llegar a digerir piezas mucho más anchas que su propio cuerpo, gracias a la enorme articulación de su mandíbula. Son muy de reírse de todo, algo simples, ovovivíparas (para el que no estuvo atento en clase, quiere decir que pone huevos y luego los mantiene dentro del cuerpo hasta que nacen las crías).
Su cascabel córneo o crótalo le da ese sonido característico. Aumenta un anillo cada vez que muda la piel e impide cualquier intento de disimular su edad.
Agitando la cola emite un mensaje de aviso para sus posibles víctimas, “ojo que voy”. Menos mal que los monos no tenemos sonido que nos delate, si no estaríamos perdidos.
No es raro verlas retozar en el desierto de Arizona (por ejemplo), escuchando alguna balada de Barry Manilow, en un cortejo cálido que termina con un acoplamiento pausado, casi tántrico, en el que el macho de la serpiente de cascabel tarda en eyacular unas 22 horas.
Le gusta:
- El calor
- Enrollarse
- El suelo blandito
No le gusta:
- Las prisas
- Las marionetas
- Los videojuegos en los que hay que tocar muchos botones
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