Pipistrellus indica
El murciélago hindú es un mamífero pelo-orejero, del orden de los vampiros, dado a la meditación, al yoga de sofá y a jurar en sánscrito. En contra del tópico extendido, no son ciegos, sólo hipermétropes. Pueden ver la mayoría del tiempo, excepto en los ratos en que cierran los ojos.
El murciélago hindú mantiene, sin embargo, la capacidad de orientarse mediante la emisión-recepción de sonidos de alta frecuencia. De esta forma caza en la oscuridad y sintoniza Radio Calcuta antes de dormir.
El veloz murciélago hindú come feliz cardillo y kiwi. Tras supervitaminarse y mineralizarse, dicen los biólogos consultados, es capaz de volar a más de 100 km/h. Entonces, el engendro alado abre la boca y deja que los mosquitos se estrellen contra el velo de su paladar. Una maniobra de caza fascinante, que debió de aprender leyendo durante las horas muertas, cuando sus pseudoamigos, los ratones, salían de marcha y a él lo dejaban en la cueva colgado.
Tienen pelajes variopintos, las uñas largas y no son de hibernar en esquijama, son más de camisón y túnica, de llevarlo todo colgando a su ser.
Tienen una belleza difusa, no seré yo quien lo niegue. Tampoco debemos obviar su gran virtud: como el resto de murciélagos, es la única variedad de mamífero que vuela por sí misma, sin valerse de artilugios ni de precipicios.
Le gusta:
- El rato de pillar, a partir de las 4 de la mañana
- El cricket
- La leche con eko
No le gusta:
- El ajo
- Las fotos con flash
- Las interferencias de los teléfonos móviles
"Las interferencias de los teléfonos móviles", la verdad me impresiona tu creatividad. Me he divertido bastante leyendo tus descripciones.
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