Epinephelus marginatus
El mero es un pez perciforme y malcarado, al que parece que todo le molesta. En el fondo, tiene buen corazón y mejor sabor. Puede parecer inflexible a causa de su esqueleto óseo y es sólo un mero prejuicio, porque en realidad se muestra tolerante y bastante pragmático.
Cuando escasean los varones, las hembras más veteranas (entre los 7 y los 15 años) se transforman en macho, con los consiguientes equívocos de vodevil en los vestuarios del gimnasio. Como es sabido, la transexualidad en el mar se lleva con naturalidad, la humedad prevalece y los nuevos machos se convierten en amantes expertos, cum laude en anatomía femenina. Todo ventajas.
Pasan la mayor parte del tiempo entre los recovecos de las rocas, con preferencia por las aguas templadas y las decoraciones de coral caro. Desayunan poco (un café y una napolitana) pero luego son capaces de alargar el vermú hasta las 5 de la tarde, un cefalópodo por aquí, un crustáceo por allá... calidad ante todo, nada de peces globo, que llenan mucho. Son de boca grande y morro fino.
Le gusta:
- La meritocracia (que gobiernen los meros pequeños)
- El pulpo a feira
- Merodear
No le gusta:
- Los billetes demasiado nuevos
- La homofobia
- Los buzos domingueros
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